mayo 24, 2013

Santiago Posteguillo LA NOCHE EN QUE FRANKENSTEIN LEYÓ EL QUIJOTE


"La historia es memoria y tenemos memoria colectiva desde que anotamos lo que nos sucede, pero más allá de la historia, mucho antes, seguramente en alguna cueva del paleolítico, un hombre dejó perplejos a los miembros de su tribu con un relato sobre una cacería; o quizá fue una mujer con un cuento que se inventó sobre las nubes y las estrellas para calmar el miedo de un niño.
Y ahí empezó todo".

Hay libros que entran por los sentidos. En ocasiones, basta un título curioso para llamar la atención. Cuando además se acompaña de una ilustración de portada tan bien resuelta como la que nos ocupa, la tentación de hacerse con él aumenta. Si, como es mi caso, a estos reclamos se suma  que aun no me había atrevido a leer nada de Santiago Posteguillo por lo voluminoso de sus novelas -con las que podría calzarse un Boeing, llegué a afirmar en este blog- las apenas 200 páginas de esta obra acabaron por forzar mi decisión.


¿Que esconde La Noche en que Frankenstein Leyó al Quijote? Pues una serie de artículos, en algunos casos novelados, que describen diferentes curiosidades relacionadas con la literatura, sus autores o los libros que escribieron. Desde la biblioteca de Alejandría hasta Harry Potter, pasando por Dumas, Kafka y Dostoiewski, por citar sólo unos ejemplos. El resultado es un anecdotario didáctico y ameno, aunque bastante ligero en sus contenidos, concebidos para satisfacer tanto a adultos como a los más jóvenes.

En definitiva, sin ser una lectura arrebatadora, La Noche en que Frankenstein Leyó al Quijote satisfará a quienes gustan de conocer historias sobre literatura, o deseen iniciar a sus hijos o alumnos en ella.

mayo 20, 2013

Arturo Pérez - Reverte EL TANGO DE LA GUARDIA VIEJA


Como otros boliches de tango próximos al Riachuelo, era un espacioso almacén, despacho de comestibles y bebidas durante el día y lugar de música y baile por la noche: suelo de madera que crujía al pisarlo, columnas de hierro, mesas y sillas ocupadas por hombres y mujeres frente a un mostrador de estaño iluminado por bombillas eléctricas sin pantalla, con individuos de aspecto patibulario acodados o recostados en él”.

Vaya por delante: Arturo Pérez - Reverte es uno de los escritores que más me han hecho disfrutar con sus obras. Novelas tan brillantes como El Club Dumas, La Reina del Sur o La Piel del Tambor, ocuparán siempre un lugar destacado en mi recuerdo. Ello no significa que me guste todo lo que escribe, ni mucho menos que comulgue con su visión épico - marcial de la vida. Hay obras suyas que no me transmitieron nada, como La Carta Esférica, otras que no dudé en catalogar como truños -véase la crítica de El Pintor de Batallas- y algunas más en las que el abuso a la hora de tirar de herreruelo, cachicuerna y degüelle, llegaba a aburrir: Ejemplos perfectos serían Trafalgar o Un Día de Cólera, con un Pérez - Reverte transmutado en la versión gore de Benito Pérez Galdós.

El Asedio me gustó mucho. Me pareció que Reverte volvía a la senda de contar excelentes historias, eso sí, sin renunciar al imaginario que tan bien identifica su obra: épica guerrera y hombres de honor a la vieja usanza. Pese a todo, tras leer la reseña de El Tango De La Guardia Vieja, reconozco que abordé este nuevo libro suyo con cierta aprensión. Y es que me costaba imaginar a Don Arturo lidiando con un registro a priori tan diferente al suyo como es una historia de amor.

El resultado podría calificarse de sobresaliente. Eso sí, tildar a este libro como novela romántica sería pecar de simplista. El Tango De La Guardia Vieja nos habla de un siglo XX que, en sus páginas, se nos antoja cada vez más lejano, plagado de personajes que hoy nos parecen ya irreales: rufianes de arrabal, ladrones de guante blanco, guapos ambiciosos, glamurosas aburridas o espías de mirada triste. El en centro, la tormentosa relación de los protagonistas, perfilados de forma magistral, cuyo devenir da sentido y coherencia a una historia que nos traslada desde Sorrento, donde se sitúa la acción principal, hasta Niza y Buenos Aires.

“También ésta es la historia de mi vida, pensó, o parte de ella: buscar un taxi de madrugada oliendo a mujer o a noche perdida, sin que una cosa contradiga a la otra”

Quienes busquen los rasgos distintivos de Reverte, tampoco se sentirán defraudados. Las descripciones de los tanguistas en oscuros tugurios son memorables y el personaje principal, Max Costa, está a la altura de sus mejores creaciones. Max evidencia una vez más que, para Don Arturo, un hombre que no haya sobrevivido a una guerra es un mierdas con todas las de la ley.

En definitiva, 
El Tango De La Guardia Vieja es
un libro muy interesante, que vale la pena leer tanto para deleitarse con la prosa que destila, como para disfrutar de una buena historia o ¿por qué no? estremecerse ante una arrebatadora historia de amor.

mayo 09, 2013

Alicia Giménez Barlett NADIE QUIERE SABER


"Todo cariño, por pequeño que sea, genera una obligación en quien lo recibe, y esa obligación puede estar sólo fundamentada en que no deseamos quebrar la buena imagen que de nosotros tiene quien nos ama. Quizá la única manera de vivir en libertad sea vivir sin ningún vínculo amoroso".

 Hay personajes de ficción que no entiendes cómo han sobrevivido a su primera novela, ni qué motivos defiende el novelista para construir con ellos sagas que no se justifican en absoluto. Otros, por el contrario, están tan bien estructurados, tan perfectamente definidos, son tan creíbles y reales, que llegas a dudar que sólo existan en la fantasía de la persona que los creó.

Petra Delicado pertenece con todo merecimiento a la segunda categoría. Me atrevería a decir que la inspectora de policía creada por Alicia Giménez Barlett es el peresonaje de ficción mejor trabajado de la novela policial actual. De real que es te acercas a ella intenntando no cabrearla,  pues sabes que gasta un mal genio de la hostia, le cantarías cuatro verdades cuando se pone borde y la ayudarías a centrarse en sus momentos bajos,  esos que cómo lector sólo tú conoces.

"Pero así es el ser humano y así soy yo: en invierno añoro el calor y en verano el frío. Cuando estoy en la ciudad me apetece el verde del campo y una vez entre flores echo de menos una buena película en versión original. Como si me repugnara ser completamente feliz".

En esta nueva aventura, sus pesquisas la conducirán, junto a su inseparable Inspector Fermín Garzón –otro personaje memorable- a moverse entre Barcdelona y Roma para la resolución de un caso mucho más enrevesado de lo que parece a primera vista.

Poco más voy a decir. Nadie Quiere Saber nos presenta Una buena trama, excelentemente escrita, -el estilo de Alicia Giménez Barlett, claro y sobrio, es tan afilado como la propia Petra- y protagonizada por dos viejos amigos que por encima de todo transmiten credibilidad. ¿Se necesita de algo más para disfrutar del libro?