abril 24, 2012

Eduardo Mendoza EL ENREDO DE LA BOLSA Y LA VIDA


“Pero yo había decidido no hacer ningún tipo de mudanza, ni entonces ni nunca, por ningún concepto. Porque confiaba en que algún día, no hoy ni mañana, ni en un año, ni siquiera en dos, pero algún día, Quesito recapacitaría sobre lo ocurrido, vería las cosas con otros ojos y depondría su enfado, y si entonces quería venir a decírmelo o a decirme cualquier otra cosa, era importante que supiera que me podía encontrar.”

Para los que admiramos a Eduardo Mendoza, encarar la lectura de El Enredo de la Bolsa y la Vida supone un doble placer. El de afrontar una nueva novela del autor barcelonés y el de rencontrarse con el loco investigador anónimo de El Misterio de la Cripta Encantada, El Laberinto de las Aceitunas y La Aventura del Tocador de Señoras. Un tipo sin nombre al que, con toro cariño y sabiendo que yerro, llamaré Manolito.

A partir de aquí lo mejor que el lector puede hacer es deslizarse y dejarse llevar por la lectura, a sabiendas de no habrá página que amague algún motivo para la sorpresa, la ironía, la sorna, el esperpento o la pura carcajada. Aun así, que nadie crea que este libro es una sucesión de gags más o menos enhebrados. O de chistes fáciles. En El Enredo de la Bolsa y la Vida manda el guion y todos los elementos hilarantes, que son muchos y variadísimos, están al servicio de una historia, por lo demás sólidamente trazada.

Tampoco es este libro, como he leído por ahí, una historia centrada en la crisis actual. Manolito, su hermana Cándida, el Pollo Morgan, Rómulo el Guapo, La Moski y el resto de personajes que traza Mendoza, son tipos que transitan por esta vida en crisis permanente  -si no moral, sí al menos pecuniaria- con independencia de la coyuntura política, social o económica, que atraviese el país.

Eso sí, El Enredo de la Bolsa y la Vida resulta una excelente terapia para en estos tiempos de recortes y restricciones que nos toca vivir. No porque combata semejantes males, desde luego, sino porque nos obliga a reír a mandíbula batiente a pesar de la que está cayendo. Y a hacerlo sin perder el sentido crítico y humano.

abril 19, 2012

Sant Jordi 2012: qué leer, de quien huir y un par de recomendaciones


El próximo lunes es Sant Jordi, la fiesta del libro por excelencia. Un día para que los lectores honren la letra impresa y para que compren incluso los más alérgicos a la cultura. Y recalco lo de comprar. En Sant Jordi, lo de descargarse un PDF no vale.

Como buena parte de las personas que el día 23 abarrotarán las calles de Barcelona se mueven entre ambos extremos, permítanme que les recomiende, bajo mi subjetivo punto de vista,  algunas obras que valdría la pena leer o regalar, así como aquellos autores de los que conviene inmunizarse.

Obras para leer.

Me he permitido  destacar 5 obras. Todas tienen en común que son novedades, fáciles de encontrar en cualquier librería, y aptas para un público variopinto (que no son de culto, vamos).

Paul Auster DIARIO DE INVIERNO
Sorprende gratamente que siendo una autobiografía tenga tan pocas páginas.  Como curiosidad, pese a estar disponible en España,  este libro no llegará a Estados Unidos, país del autor, hasta el próximo otoño. Recomendada para introspectivos.

Almudena Grandes EL LECTOR DE JULIO VERNE
Aunque la anterior novela de Almudena Grandes Inés y la Alegría   no me gustó, alguien capaz de escribir un libro tan magnífico como El Corazón Helado merecerá siempre una nueva oportunidad. Recomendada para todos, excepto fachones.

Lluis Llach MEMÒRIA D’UNS ULLS PINTATS
De por general huyo de libros escritos por no novelistas (ver capítulo siguiente) pero, conociendo al autor, lo imagino con capacidad sobrada para parir una obra con la que disfrutar o dormir a pata suelta.  En ambos casos bienvenido.  No recomenat pels que porten “España antes roja qaue rota” tatuat al cos.

Félix J. Palma EL MAPA DEL CIELO
La gran incógnita. Sólo sé de él por sus reseñas en los diarios, lo que no siempre –recuerden David Monteagudo y su infumable Fin- resulta de fiar. Pero este futurismo de época que anuncia me atrae mucho. Recomendada, en principio, para aficionados a Julio Verne.

Eduardo Mendoza EL ENREDO DE LA BOLSA Y LA VIDA
Vuelve el maestro a su género preferido y con su personaje más entrañable. Esperpento lúdico y diversión garantizada. Un mal trago para imitadores sin gracia como Pablo Tusset. Recomendada para todos, excepto estreñidos crónicos.

Obras de las que huir

De la misma forma que las paradas nos obsequiarán con verdaderas obras de arte literario, junto a ellas convivirán, y no en poca cantidad,  verdaderos truñolibros. Y no crean que lo harán agazapados, sino sacando pecho y con su autor dedicando obras, ya que la mayoría de ellos están firmados –y casi nunca escritos- por tipos más o menos mediáticos.

Como medida profiláctica les aconsejo que huyan de autores que nada aportan a la cultura y que, en ocasiones, la emponzoñan. Tipos como Alejo Vidal Quadras, Ana Obregón, Macaco, Risto Mejide, Tomàs Molina, Arantxa Sánchez Vicario, Mario Vaquerizo, Miguel Ángel Revilla, Mario Conde o Jandro, por citar solo a algunos.

Un caso aparte es Sebastià Jovani, autor de uno de los libros más espantosos que he leído en mi vida: Emulsió de Ferro. Tan malo es que el autor merecería que le amputaran ambas manos para evitar que volviera a escribir. Y sin embargo recuerdo la obra con simpatía, quizá porque no daba crédito a lo que leía, quizá porque Sebastiá me pareció un tipo bastante cachondo.  Por ello, no descarto recaer ante su última obra, Emet o la Revolta, y más sabiendo que el autor tendrá los santos cojones de dedicarla.

Para acabar un par de recomendaciones.
La primera es que espero que, a estas alturas del siglo XXI, nadie será tan casposo de regalar sólo rosas a las chicas y sólo libros a los chicos. Entréguense ambos entre sus seres queridos  sin más continencia que la que marca la crisis, que un día es un día.

La segunda es que no duden en visitar a sus autores preferidos para que les firmen sus libros, aunque no los haya comprado en el día. A ellos les gusta –aunque luego se quejen de trabajar un día al año- y la obra deja de ser un producto en serie para convertirse en algo único.

En este enlace podrán encontrar la relación de escritores, las librerías y los horarios en que firmarán. Es una gentileza de llegir en casd’incendi.

abril 11, 2012

Eduardo Mendoza EL MISTERIO DE LA CRIPTA EMBRUJADA


Permitan que esta vez estructure esta entrada el revés, esto es, glosando la obra al principio y dejando la cita para el final.

De hecho, esta entrada será breve.

Es más, se trata de una mera excusa para conmemorar la aparición de El enredo de la bolsa y la vida, el cuarto libro de la saga protagonizada por el peersonaje más entrañable de Eduardo Mendoza.

Admito sin rubor que esta entrada es un homenaje a la saga. Aunque me he valido de El Misterio de la Cripta Embrujada, podría haber hecho lo propio con El Laberinto de las Aceitunas o La Aventura del Tocador de Señoras.

Admito, al fin,  que poco puedo decir de esta obra que no muestre ya su genial primera página. Con ella les dejo.

“Habíamos salido a ganar; podíamos hacerlo. La, valga la inmodestia, táctica por mí concebida, el duro entrenamiento a que había sometido a los muchachos, la ilusión que con amenazas les había inculcado eran otros elementos a nuestro favor.  Todo iba bien; estábamos a punto de marcar; el enemigo se derrumbaba. Era una hermosa mañana de abril, hacía sol y advertí de refilón que las moreras que bordeaban el campo aparecían cubiertas de una pelusa amarillenta y aromática,  indicio de primavera. Y a partir de ahí todo empezó a ir mal: el cielo se nubló sin previo aviso y Carrascosa, el de la sala trece, a quien había encomendado una defensa firme y, de proceder, contundente, se arrojó al suelo y se puso a gritar que no quería ver sus manos tintas de sangre humana, cosa que nadie le había pedido, y que su madre, desde el cielo, le estaba reprochando su agresividad, no por inculcada menos culposa.  Por fortuna doblaba yo mis funciones de delantero con las de árbitro y conseguí, no sin protestas, anular el gol que acababan de meternos. Pero sabía que una vez iniciado el deterioro ya nadie lo pararía y que nuestra suerte deportiva, por así decir, pendía de un hilo. Cuando vi que Toñito se empeñaba en dar cabezazos al travesaño de la portería rival ciscándose en los pases largos y para qué negarlo, precisos, que yo le cruzaba desde medio campo, comprendí que no había nada que hacer, que tampoco aquel año seríamos campeones”.

abril 10, 2012

Glenn Cooper EL LIBRO DE LAS ALMAS

"Montaigu estaba a la altura de su reputación como infierno en la tierra. Edgar pensó que habría sido mejor estar en prisión. Al menos allí no tendría que leer a Aristóteles en latín ni soportar latigazos cada vez que no fuera capaz de memorizar un pasaje."

Pese a que aun no ha aparecido  -que yo sepa- la versión de bolsillo, tal como les anuncié tenía pensado regresar a Glenn Cooper en cuanto tuviera unos días de vacaciones.

El libro de las almas es la continuación de La Biblioteca de los Muertos y, como tal,  mantiene fiel el estilo de su antecesora. Aun así se aprecian  cambios respecto a la primera parte:  el estilo se ha pulido, la documentación es más exhaustiva y ya no aparecen los errores históricos de bulto que tanto asombraban al lector. Un esfuerzo que creo más achacable a la editorial, animada por el éxito de La Biblioteca de los Muertos, que a la pericia literaria de Glenn Cooper.

En todo caso, la trama está bien bastante bien construida, permite ser abordada sin necesidad de conocer la primera parte –aprende de nuevo, Zafón-  y se deja leer con suma facilidad, tanto por lo entretenido del argumento como por lo conciso de su estilo. Tanto que me ha sido casi imposible entresacar una sola cita del mismo que destile algún poso literario.

En definitiva, una lectura sin más pretensiones que entretener –enriqueciendo de paso a su autor, claro- y que saca su mejor nota si la comparamos con libros de su misma cuerda, como ese horripilante El símbolo perdido, de Dan Brown.

abril 02, 2012

Michel Houellebecq EL MAPA Y EL TERRITORIO

"Houellebecq le había dicho, al rememorar su carrera narrativa, que siempre se puede tomar notas, tratar de llenar renglones de frases, pero para emprender la escritura de una novela hay que esperar a que todo se vuelva compacto, irrefutable, hay que esperar a que aparezca un auténtico núcleo de necesidad".

Hay personas empeñadas en construir un personaje de sí mismos y Michel Houellebecq es un ejemplo magnífico de este tipo de vanidad.  Provocador, imprevisible y políticamente incorrecto, Houellebecq nunca ha dejado de trabajar su imagen para ser reconocido como el enfant terrible de las letras actuales francesas.


En El Mapa y el Territorio, el autor galo da una vuelta de tuerca a esa obsesión y se introduce en la novela asumiendo uno de los papeles principales de la misma. Y lo hace sin subterfugios, usando su nombre y apellido, mezclando realidad y ficción sobre su propio ser. De hecho se reserva a sí mismo el perfil más interesante de los que la obra presenta, ya que el protagonista, Jed, es un tipo que de puro anodino resulta tonto.  De hecho, resulta difícil no asociarlo con el cinematográfico Forrest Gump: Esto es, un hombre que, sin enterarse de nada, consigue hacerse rico y follar con la más guapa.

Con tales mimbres Houellebecq construye una novela de trama algo menos extravagante que anteriores obras, muy bien escrita y planteada como una plataforma desde la que reflexiona sobre la sociedad europea, en especial la francesa, de este principio del siglo XXI.  Lo mejor, sin duda, las conversaciones de Jed con su padre y con el propio Houellebecq –en las que Jed apenas habla, claro- y lo más curioso, la forma en que el autor se enfrenta a la novela negra, sin que el libro tenga nada que ver con este género.

En resumen, aunque me enfrenté a esta obra con algún prejuicio - creo que Houellebecq está sobrevalorado y la interior novela suya ,La Posibilidad de una Isla, me pareció espantosa- debo reconocer que El mapa y el Territorio, aun sin ser imprescindible, es un libro que merece ser leído.