septiembre 21, 2011

Leer mientras viajas

Para viajar en vacaciones no hay nada como los libros de bolsillo, fáciles de transportar y reemplazables en caso de pérdida o descuido. Lecturas sencillas que, que sin robar protagonismo al viaje, amenizan esos momentos de relax que siempre se abren en toda escapada.

Reconozco que para mí tiene algo de ritual acercarme a alguna librería -o gran superficie, da igual- y seleccionar los libros que me acompañarán en las vacaciones. Siempre compro de más, por si acaso y,  aunque me atrevo con lecturas que difícilmente abordaría el resto del año, al final coloco en la maleta a algún autor que no me sorprenda. Por si acaso también.

Navegando en lo nuevo, a veces descubro alguna joya y otras me ha tocado he tragado un ladrillo, cosa que hago sin quejarme mientras la prosa sea de fácil digestión.

Estas vacaciones de 2011 me han acompañado Testamento Mortal de Donna Leon, El Observatorio de Michael Connelly y La Biblioteca de los Muertos de Glenn Cooper.

En los proximos días aparecerán las reseñas de los tres libros.

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