diciembre 28, 2007

Alicia Giménez Barlett UN BARCO CARGADO DE ARROZ


“Me das asco, tío, me das asco. Voy a ir a por ti, a la mínima que hagas yo sí voy a matarte, ¿me entiendes?, te mataré y luego amañaremos las pruebas para que nadie me acuse. Hay que limpiar de basuras esta ciudad, en eso lleváis razón”. (La inspectora Petra Delicado mientras encañona en la boca a un skin en comisaría)

Vuelve Petra Delicado y lo hace más histérica que nunca. No se puede decir que la inspectora lleve bien el tránsito a la vejez y cuando no desahoga sus propias frustraciones a copazos lo hace vertiendo su mala leche contra todo bicho viviente.

En medio, una trama que ya empieza a ser arquetípica en nuestra novela negra: las conexiones entre los sectores más marginales y las clases más poderosas a través del crimen y la ilegalidad. Nada nuevo bajo el sol.

Si han seguido la saga de Petra Delicado y el subinspector Garzón descubrirán lo poco que han cambiado en estos años, aunque disfrutarán al reencontrarse con dos viejos conocidos. Por el contrario, si se acercan por primera vez al imaginario de la Alicia Jiménez Barlett, hallarán en un barco cargado de arroz una novela policíaca digna y poco más. Lo cual no es poco.

Eso sí, reconozco que me preocupa el futuro de estos policías, ahora que los Mossos d’Esquadra han asumido las funciones policiales en Barcelona. La verdad, a estas alturas no me los imagino cambiando de cuerpo.

Claro que, a juzgar por las hostias que reparte Petra, bien podría acabar en la comisaría de “les Corts”.

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